Manuel Antonio Vega
Hato Mayor.-En los ríos del Este del país, existe el pez denominado Guabina, el más ligero de agua dulce, es sabrosa su carne y está repleto de proteínas, pero los “cordeles” y el envenenamiento para su captura, lo tiene en una crítica amenaza de extinción.
Aconteces, que pescadores inescrupulosos, que buscan además langostas de agua dulce (Camarones) están lanzando una sustancia denominada Paraquat, que obliga al peje emerger de las profundidades de los charcos.
También la pesca de “apaleo” que consiste en colocar un cordel al medio del charco y golpear el agua con paletas de madera, para que los pejes corran despavoridos y queden colgando a las redes.
La guabina es un pez de agua dulce perteneciente a la familia Erythrinidae, que abunda en casi toda América, pero que en poblaciones como Higuey, La Hato Mayor, El Seibo, Miches, Sabana de la Mar y El Valle, están prácticamente extinguida la especie.
Abundan en casi todos los sistemas fluviales de la República Dominicana y es un biocontrolador acuático, por lo tanto hay que detener las insanas prácticas de captura de este sabroso pez.
En los charcos más destacados de los ríos Higuamo, Cibao, El Soco, Magarín, El Cedro y Yabón de poblaciones de Miches, Sabana de la Mar, El Seibo y Hato Mayor, es un espectáculo ver la velocidad meteórica con que se desplaza el más veloz pez de agua dulce de América.
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