Por Alex Domínguez
Correo: alexdminguez@gmail.com
15 julio 2025
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■.- En el jardín de la política, hay políticos que nacen, pero no todos florecen. Algunos germinan con fuerza, llegan a ocupar cargos electivos o administrativos, pero pronto olvidan sus raíces. No son como las plantas que, al menos, se reproducen, dan fruto y culminan su ciclo. Estos nacen… y mueren políticamente. Su error no siempre está en la gestión técnica, sino en el abandono de las bases que los sostuvieron.
Una de las grandes fortalezas del presidente Luis Abinader ha sido, precisamente, su conexión con la dirigencia de su partido a nivel nacional. He tenido la oportunidad de observar cómo, en cada visita que realiza, no solo saluda con cercanía, sino que recuerda nombres, da seguimiento y reconoce el valor de quienes han sido columna vertebral del PRM.
Esa actitud no se improvisa; es una forma de liderazgo que reconoce que un presidente no se sostiene solo desde el Palacio, sino desde las calles, los barrios y los comités de base.
Sin embargo, muchos funcionarios del actual gobierno, tanto del PRM como de fuerzas aliadas, han ignorado ese "código Abinader". Se alejaron de sus estructuras, se desconectaron de quienes los promovieron, e incluso despreciaron las dirigencias provinciales que les dieron el impulso inicial.
Llegaron a posiciones de poder gracias a una maquinaria política que hoy no reconocen, y en algunos casos, ni siquiera atienden.
Ese abandono cobra factura. Hoy vemos a muchos aspirantes presidenciales y precandidatos con cargos importantes, pero sin una estructura nacional que los respalde. ¿Por qué? Porque durante cinco años no construyeron lealtades, no cultivaron liderazgo local, ni sembraron confianza. Solo se acomodaron.
Y lo mismo aplica para aquellos que llegaron por alianzas. Se olvidaron de quién los subió, y ahora que necesitan renovar el voto popular, se encuentran con una realidad diferente: la gente ya no se deja engañar tan fácilmente. El pueblo ha despertado. Sabe distinguir entre el que viene por compromiso y el que viene por conveniencia.
Por eso, ojo con estos políticos. Nacer en política no es suficiente. Como las plantas, deben crecer, florecer, y dar fruto. Porque si no hay cosecha, no puede haber producción. Y sin producción, solo queda el olvido.
El autor es analista político
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