FELIPE VIZCAINO/ OPINIÓN
San Pedro de Macorís, Rep. Dominicana.- Cuando se es fanático de alguna actividad en la vida, todo lo que gira en torno a esa situación se vuelve parte de nuestro diario vivir, en mayor o menor medida el ser fanático nos proporciona emociones que nos llevan a muchos hasta un clímax de placer o a una profunda depresión.
Yo no nací pidiendo ser fanático de Las Estrellas Orientales, fue algo que se vino imponiendo desde mi bisabuelo y abuela, los cuales me inculcaron el amor por este equipo, lejos estaba yo de saber que lo que empresaria como una simple afición por el equipo, terminaría convirtiéndose en parte de mi vida diaria.
Ser Estrellista no me ha dado glorias como a los demás súper equipos que han Ganado decenas de coronas, pero me ha dado una identificación como Serie 23, el que es estrellista de verdad sabe como se nos ha tratado desde el 1968, sabemos los sufrimientos de campeonatos casi ganados y perderlos por errores, falta de picheo o de bateo, o de cuantas cosas han ocurrido cada vez que tratamos de ganar un campeonato, no han sido pocas las burlas que miles de personas nos dan en todos los campeonatos.
Ser estrellista no es por moda, ni porque tengamos 20 coronas, va mas allá de un simple campeonato, es la definición misma de ser macorisano o der ser un pueblo pequeño sin nadie quien nos escriba, por ser el equipo mas perdedor de la historia dominicana, nuestros “obejtivos” cronistas deportivos nunca han puesto interés en balancear la cobertura de nuestros logros, pero dimensionan todos nuestros fracasos, esa prensa que la mayoría pagada por los equipos mayoritarios ni vienen a los estadios a ver el juego y prefieren quedarse en sus casas y reportar desde lejos ya que no les hace ninguna gracia venir al Glorioso Estadio Tetelo Vargas.
Ser Estrellista nunca fue fácil, crecer recibiendo burlas, ataques y hasta pescozones, lo que me ha fortalecido el amor por este equipo que Dios nos dio la oportunidad de tener en una aldea cañera, llena de orgullo y perfumada de amor propio, nunca me he sentido menos que nadie por decir que soy estrellista, al contrario, mi pecho se incha de emoción, pues entre miles de fanáticos de otros equipos, que todavía existamos los estrellitas, a pesar de tantos fracasos, de no tener cobertura en los medios de comunicación, de ser la burla nacional cada campeonato, somos los mejores fanáticos de República Dominicana, ya que seguimos sintiendo el mismo amor y nos entregamos en cada torneo en apoyar nuestro patrimonio provincial, un icono petromacorisano como es el equipo Verde, seremos los menos, los mas pobres, mas débiles, los mas atacados, a los que nadie les importa, pero nada de esto nos ha hecho echar hacia atrás.
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