Por: Dr. José Antonio Coll/ Opinón
La sociedad Dominicana, adolece de entender que las cosas deben ser como mejor lo piensa cada parte interesada. En este sentido si los resultados no están acordes con mis pareceres, iniciamos el camino de la proliferación de insultos, denotaciones y menosprecio de todo lo que haya acontecido.
Esto lo hemos visto tradicionalmente en las celebraciones de cualquier tipo de elecciones en las cuales los vencidos, nunca quieren reconocer que perdieron y mucho menos felicitar al ganador, todo lo contrario tratamos de demostrar que fuimos objeto de fraudes, de trampas y de incapacidad de quienes manejaron las cosa mal, en contra nuestra.
Lo mismo sucede con la profesión de derecho, si tu abogado gana el pleito, es el mejor, el más serio y el más capaz para ti, pero igualmente es el más tramposo, el mas malvado y de menos escrúpulos, para la parte contraria.
Lo cierto es que nunca estarán todas las partes conformes, cuando se trate de decisiones públicas que han sido tomadas por funcionarios, después de que se hubiesen producidos debates mediáticos sobre el tema y se hubiesen hecho Juicios Populares y sentencias propias de un hecho cualquiera.
Es necesario que entendamos, que no siempre tenemos la razón y que seamos todo lo educado posible para aceptar cuando nos equivocamos en nuestros planteamientos.
A raíz del sometimiento a la justicia del Dr. Leonel Fernández Reyna, por parte del Dr. Guillermo Moreno, se produjeron exposiciones interesadas de los diferentes estadios afectados, en los cuales los juicios fueron externados a través de los medios y con ellos se aportaba un gran contenido de pasión personal por querer que las cosas fueran como querían y no como deberían ser.
Hoy una fiscal responsable ha dictaminado la desestimación de la querella presentada por Moreno, en contra de Leonel, señalando lo inadmisible de argumentos que no soportan la celebración de un juicio, por considerar que los elementos presentados no están de acuerdo con las leyes que se pretende, fueran violentadas en dichos hechos y que por lo tanto, llevar a juicio este tema con tales argumentos, seria un trabajo poco serio para el ministerio público.
Esto que pudiera sentar un precedente del ministerio público al no querer presentar un show político, con un juicio irracional y que debería ser aplaudido por la opinión pública, ha recibido la vocinglería de quienes ya contaban con otro espectáculo alrededor de su interés político interesado.
El solo hecho de una acusación no sirve para la celebración de un juicio, es necesario aportar las pruebas y demostrar las leyes que sustentan cada acusación, antes de la celebración de juicio en estrado., de lo contrario deberá recibir el rechazo correcto de un ministerio público serio, que no se suma al chantaje mediático ni a la vocinglería de agitadores políticos interesados en denunciar para conseguir atención de la opinión pública simplemente.
El orden establecido es la ley y fuera de ella nadie puede esperar, más que se le aplique, aunque brinquen, salten o pataleen.
El autor es analista político
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